PICADAS DE HAEDO: Jugan al imputado por doble homicidio simple doloso

Atropelló y mató a 2 chicos mientras corría una picada

Diego Cuevas iba a 130 km/h y arrolló a otros 6 jóvenes. La condena puede ser de 8 a 25 años.

Con una carátula reticente para los casos de muertes por accidentes de tránsito, ayer arrancó el juicio contra un joven que en abril de 2015 atropelló a ocho personas y mató a dos de ellas mientras corría una picada sobre la avenida Rivadavia, a la altura de Haedo. Está acusado de homicidio simple, y podría recibir entre 8 y 25 años de prisión efectiva.

Diego Cuevas tenía 19 años al momento del siniestro, que ocurrió en abril de 2015, y llega al proceso cumpliendo arresto domiciliario. Lautaro Juárez y José Manuel Lastra, las víctimas fatales, apenas contaban 16.

Diego Cuevas al momento de la detención en 2015. Obtuvo la prisión domiciliaria que aún cumple. 

Eran primos y esa madrugada de domingo volvían de bailar con otros seis amigos. Caminaban sobre la vereda de la avenida, y en su intersección con Maipú fueron arrasados por el Nissan Tiida que conducía Cuevas. Lautaro murió en el acto, su primo en cambio agonizó por días en el Hospital Güemes de esa localidad.

Las pericias al momento del accidente constataron que Cuevas manejaba a 127 km/h, y que había consumido marihuana antes de ponerse frente al volante.

Según testigos presenciales, y el relato de los amigos que se salvaron por caminar unos metros adelante, el imputado venía corriendo una picada con un Volkswagen Bora negro, vehículo que, a pesar de la presencia de cámaras de vigilancia en la zona, nunca pudo identificarse.

Durante la primera jornada declararon dos testigos que ratificaron esta versión: uno ocular, que vio como ambos autos pasaban a máxima velocidad por la zona, hasta que el de Cuevas terminó subiéndose a la vereda y arrollando al grupo de adolescentes, y otra joven que contó cómo el acusado la invitó a participar de una picada, en un semáforo.

José Manuel Lastra, quien falleció por las heridas sufridas cuando lo atropelló el Nissan que conducía Cuevas, en Haedo.

El juicio se celebra en el Tribunal Oral en lo Criminal 6 de Morón, formado por los jueces Alejandro Rodríguez Rey, Pablo Gossn y Daniel Leppen, y con el fiscal Marcelo Papavero. A las víctimas las representa Diego Dieguez Ontiveros, quien también asesora a tres de los heridos durante la embestida trágica.

Ontiveros es también el secretario de la ONG Malditas Picadas, creada tras la muerte de Pato Cardozo, en San Martín, a manos de un conductor temerario que recibió ocho años de prisión efectiva. En ese entonces, el abogado también había llevado adelante la querella.

Es que Cuevas, que no presenció la primera audiencia en su contra, también está imputado por "lesiones graves con pluralidad de víctimas", por las heridas que causó a otras cuatro personas durante la "prueba de velocidad en zona urbana", es decir correr una "picada".

Ellos son Tato Rodríguez, Daiana Vergara, Adrián Welsch, Esteban Vergara, Lautaro Cavs y Cristian Vergara. Este último sufrió un hundimiento del cráneo a causa del impacto, pérdida de masa encefálica y problemas motrices y psicológicos. Además, perdió la memoria de mediano y corto plazo, por lo que, aunque se presentó a declarar, no pudo aportar mayores datos.

Hasta llegar al juicio, familiares y amigos de las víctimas fatales se movilizaron más de una vez.

Un último testimonio lo ofreció el padre de Tato Rodríguez. El chico se encuentra hospitalizado por una traqueotomía, ya que perdió la voz tras ser atropellado por Cuevas.

Al comenzar la causa, la Fiscalía imputó al conductor del "Tiida" por los mismos delitos por los que se los juzga ahora y consideró que el acusado debía permanecer detenido, pero el juez de Garantías Alfredo Meade lo liberó al imputarle el delito de "homicidio culposo", que recibe un castigo penal menor.

Pero ante una apelación de la Fiscalía y de las familias de las víctimas, la Cámara Penal de Morón ordenó el 15 de mayo de 2015 la detención de Cuevas al dar por acreditado que estaba corriendo una "picada" a casi 130 kilómetros por hora, y que podrí­a fugarse si permanecía en libertad.

De acuerdo a lo establecido, se esperan al menos otras tres jornadas de testimonios, presentación de pruebas y alegatos, antes de conocerse la decisión del tribunal.