FALLO INDIGNANTE: Juicio por la Abuela Betty deja libre a los policias que provocaron su muerte

Se dio a conocer la condena para los responsables de la muerte de Beatriz Zampella, quien perdiera la vida al ser embestida por un móvil policial. El conductor podría salir en seis meses y el acompañante no irá preso.


El fallo dictado por el Tribunal Oral y Criminal N°7 de San Martín, condenó a 3 años de prisión en suspenso y 7 años de inhabilitacion especial para la conduccion de vehiculos, al policía responsable de la conducción del móvil, Andres Reginal Cedron, que se encontraba durmiendo al momento de arrollar a la abuela de 81 años.
Para el conductor (sin licencia) del móvil, José Lazo Quispe, la pena es de cuatro años y tres meses de cárcel, y 10 años de inhabilitacion para conducir, y dado que se encuentra en prisión desde el momento del hecho, en seis meses y con buen comportamiento, podría volver a su casa.
En tanto que para Cedrón, la pena de tres años no lo llevará a prisión sino que podrá realizar “tareas comunitarias”. ¿Acaso ya no tenia que servir a la comunidad como funcionario?...

“Cada día creo menos en la justicia de mi país”, se lamentó el hijo de la abuela Betty, y apuntó: “después de tantos días de juicio, la sentencia sale prácticamente favorable a los asesinos de mi mama”.


CARTA EN LA REDES SOCIALES DE LA NIETA DE LA ABUELA BETTY A MACRI Y VIDAL
“Pido por favor compartir!! 

Con el alma hecha pedazos, devastados, devuelta podemos decir que sin encontrarle sentido al seguir de pie.
Hace dos años, específicamente el lunes 8 de febrero, feriado de carnaval, por la mañana, mi querida Abuela Beatriz Zampella, salía a hacer las compras. Si vamos a justificar todo.. quieren saber por qué mi abuela se levantó 8 de la mañana un lunes feriado? Para darnos de comer a nosotros, sus nietos. Ella se desvivía por nosotros, si se trataba de eso, para ella, no había vacaciones ni feriados.
Agarra el changuito y sale caminando a su ritmo por Mendoza hacia la calle Chivilcoy (intersección con la calle Pueyrredón, donde las calles cambian de nombre. Si nos posicionamos mirando hacia la estación de Villa Ballester del lado izquierdo es Mendoza y del otro Chivilcoy) Cruza la calle, mientras una vecina puede llegar a decirle “Dale Betty apurate que viene un camión”
Mi abuela ya posicionada en la vereda, la mira y ahí mismo desprende su última sonrisa.
Un patrullero, 8 cuadras en contramano, sin sirenas, manejado por una persona sin registro de conducir, llega a la intersección de Mendoza y Pueyrredón, donde se topa con un camión que venía de mano sobre Pueyrredón a 25km disminuyendo la velocidad al llegar a la esquina, el cual no puede frenar a tiempo de lo rápido que venía el móvil. “Vi una ráfaga, me percaté y ya lo tenía encima, a tal velocidad que iba no me dió tiempo de nada” dijo el conductor del camión. Hace un trompo, con la cola de la camioneta golpea a mi abuela y la vuela 20 metros.
Mi hermano, con tan solo 16 años, del otro lado de la vereda, testigo principal del hecho, más casi 15 testigos, declararon lo mismo. “Venía en contramano” “Parecía que volaba” “Se escuchó un terrible estruendo” “Nunca escuché una sirena” “Lo vi y pensé “va a matar a alguien””
No solo los testigos nos amparan, sino las fotos presentadas en la causa.
La señalización de la calle Mendoza esta marcada en las 8 cuadras por las que el señor José Lazo Quispe apretó el acelerador sin pensarlo ni dos veces.
El policía a cargo del móvil, tomó su servicio ese día a las 06.00 am, pero venía cansado. El señor Andrés Cedrón, entonces, le cedió una camioneta del cpc a su acompañante, que tenía 6 meses en la fuerza, pero nunca obtuvo un registro de conducir.
Hoy, dos años después obtuvimos la miserable sentencia. Nosotros, poco entendemos de leyes, pero al leer todo esto, esta todo claro, ¿Quedan dudas que salieron a matar? eran conscientes que a tal velocidad sin ninguna señal que lo avise, sea en esa esquina, o en otra, iban a terminar matando a alguien.
En el tribunal oral y criminal número 7 de San Martín de la calle Lincoln, (cual su personal nos recibió todos los días del juicio como si los asesinos fuéramos nosotros) hoy se dictó la condena con una pena de 4 años y tres meses para el señor Jose Lazo Quispe (conductor del móvil) y una pena de 3 años en suspenso para el soberbio, hipócrita, mal nacido de Andrés Cedrón.
Para el que no entiende de todo esto, como nosotros, una condena de 3 años no te lleva a prisión, sino a esas famosas “tareas comunitarias” que bien gracias.
Sin embargo el conductor del móvil, ya tiene 2 años encarcelado, así que en seis meses, con un buen comportamiento y ya que no tiene antecedentes, puede empezar a charlar para volver a su casa.
Quiero dejar asentado lo doloroso que es este momento, lo triste que es la sensación de culpa por no poder haber hecho más, la deuda que sentimos. Mi familia está compuesta por personas de bien, laburadoras, respetuosas, como nos crió mi abuela a todos, que dolor da que nos llenen de bronca, de sentimientos oscuros, que nunca antes habíamos sentido tan a flor de piel.
Quiero pensar que por la cabeza de los jueces Descalzo, Barbero y Sáenz Martin en algún momento haya pasado la imagen de mi abuela, esa que nos cansamos de difundir, con sus ojitos azul claro y su sonrisa resplandeciente. Ya lo sé, mi abuela es una víctima en un millón más, es un caso en millón más de los que pasan por ese tribunal, de los que pasan por sus cabezas, pero me gustaría saber si en algún momento se toman un segundo para ponerse en el lugar de la víctima.
Les juro por la vida de mi hermano, que es lo más preciado que tengo, que a mi abuela le quedaba mucho por caminar, lo único que pedimos es justicia, y esto queridos jueces, no lo es. La vida de mi abuela no valía 4 años.
Agradecer al trabajo de la excelente fiscal Ana María Di Leo, y a nuestro abogado, bien gracias, lo seguimos esperando.
Ley de víctimas ya. Hoy, tenemos que reconstruir a mi familia de nuevo. Ellos, se fueron sonriendo. Será por ser policías?”


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