Picada fatal en Haedo: condenaron a Diego Cuevas a nueve años por matar a dos jovenes

El fiscal, que había pedido 18 años. El acusado cumplirá prisión domiciliaria, tal como había llegado al juicio, hasta que la sentencia quede firme.


  Bronca, gritos de desesperación, tensión y llanto desgarrador. La reacción de los familiares tras la condena a Diego Cuevas a nueve años de prisión sorprendió a los abogados defensores de las familias de las dos víctimas fatales y de los tres chicos que resultaron heridos.

Cuevas estaba acusado de "homicidio simple con pluralidad de víctimas" por haber provocado la muerte de Lautaro Juárez y José Mármol Lastra, de 16 años y de "lesiones graves" por las heridas sufridas por otros cuatro chicos que volvían de bailar en Ramos Mejía.

     "Él va a estar en la casa y yo por segunda vez lo voy a velar a mi hijo", dijo María  Angélica Guaraz, la mamá de Lautaro, una de las víctimas fatales del choque.


El caso

El hecho ocurrió a las 7 del domingo 5 de abril de 2015 en Rivadavia y Maipú, de Haedo, cuando Cuevas, a bordo de un Nissan Tiida, corría una picada con un Volkswagen Bora negro y atropelló a varios jóvenes que salí­an de bailar.
Juárez cayó muerto en el lugar y cuatro adolescentes resultaron heridos de gravedad y quedaron tirados en el suelo. Uno de ellos, Lastra -que era primo de Juárez- murió el 27 de abril del mismo año en el hospital Luis Güemes, de Haedo, por las lesiones sufridas.
Además, sufrieron heridas Daiana Vergara, Adrián Welsch y Cristian Vergara, éste último las más graves, ya que tuvo un hundimiento de cráneo, pérdida de masa encefálica y problemas motrices tras el hecho.
Al inicio de la causa, la Fiscalía imputó a Cuevas por los mismos delitos por los que se los juzgó y consideró que el acusado debía permanecer detenido, pero el juez de Garantías Alfredo Meade lo liberó al imputarle el delito de "homicidio culposo", que recibe un castigo penal menor.
Sin embargo, ante una apelación de la Fiscalía y de las familias de las víctimas, la Cámara Penal de Morón ordenó el 15 de mayo de 2015 la detención de Cuevas al dar por acreditado que estaba corriendo una picada a casi 130 kilómetros por hora, que estaba ebrio (aunque no se pudo probar en juicio) y que podría fugarse si permanecía en libertad.

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